Tsunami hunde a los Toros
Camagüey,- Un inning, el octavo, y una conexión, el cuarto jonrón del séptimo bate pinareño Osniel Madera, fueron a la postre lapidarios para que los Toros de Camagüey perdieran por segunda ocasión consecutiva ante el Pinar del Río, esta vez 2 carreras por 9, en la subserie particular que se juega en el territorio más occidental del país.
El abridor camagüeyano Fidel Romero, que trabajó hasta el quinto, permitió 4 carreras limpias, dos en el primer tercio y el resto en la mitad del juego, continuando así el pitcheo abridor sin poder pasar la barrera del medio juego.
Relevó al abridor el zurdo Yusney Saborit, que contuvo la ofensiva pinareña hasta el octavo, donde hizo estragos ante los inefectivos Yoandri Quiala y Jorge Luis Pargas, quienes vinieron a rescatar a sus compañeros pero no pudieron impedir el racimo de cinco carreras.
Diez hits no fueron suficientes para dar alcance a los actuales campeones nacionales, pues la inoportunidad del equipo visitante redujo el score a dos carreras: una en el sexto, impulsada por Dariel Álvarez, quien encontró a Yosvani García en la intermedia, y la otra carrera en el séptimo, anotada por Daniel Carbonell gracias a remolque de Yaisel Mederos.
Para Camagüey las angustias en el octavo comenzaron cuando Saborit explotó después del cuadrangular de Madera, que encontró hombres en primera y tercera bases. El lanzador Quiala salió para tratar de contener a los rivales pero dejó las bases llenas tras soportar dos hits y propinar un pelotazo. Pargas tampoco salió a flote y permitió dos carreras que fueron al record de Quiala.
Por Pinar resultó meritoria la actuación del derecho Erlis Casanova (5-2). Jesús Guerra se anotó su séptimo salvamento, dos de ellos consecutivamente ante los camagüeyanos.
Como nota positiva del partido estuvo la actuación del veterano antesalista Marino Luis, con dos hits en cuatro oportunidades, que le permitieron aumentar su average a 393 (46 en 117) y al término del juego quedar como líder de los bateadores en la 51 Serie Nacional de Béisbol, en posición compartida con el matancero José Miguel Fernández.
También sobresalió en la alineación de los Toros el primer bate Héctor Hernández, cumpliendo muy bien su función de embasarse. La notable recuperación de Dariel Álvarez también puede aportar al equipo, quien junto a la de Alexander Ayala deben aportar más.
Sin dudas el pitcheo camagüeyano está en terapia intensiva, y los bateadores necesitan un buen ingreso, conectaron diez incogibles y solo movieron la pizarra dos unidades.
A la dirección del equipo al parecer le falta leer un poco más sobre las jugadas del llamado juego chiquito, el toque de bola, el robo de base, el bateo y corrido, que para los camagüeyanos no existen. Por suerte la defensa del equipo mantiene su buen ritmo a pesar de haberse jugado este choque en un estadio municipal.
Hoy los Toros irán por salvar la honrilla y evitar lo que puede ser la tercera barrida que sufran en lo que va de campaña. La dirección del equipo debe trabajar por impedirlo, pues sería un golpe psicológico difícil de rebasar, sobre todo, cuando se está las puertas de la segunda mitad del campeonato.
Publicado el enero 27, 2012 en Mi columna de opinión y etiquetado en Camagüey, el bateo y corrido, el robo de base, el toque de bola, jorge luis, limpias, llamado juego chiquito, octavo, pargas, Pinar del Río, primer tercio, racimo, Toros de Camagüey. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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