Atraco en Calle Cuba
El viernes cobré los 50,00 pesos mensuales que la Universidad me entrega en primer año para garantizar la merienda y otros gastos de transporte. Para estos fines este estipendio alcanza. En Cuba no pagamos matricula, ni maestros, ni nada vinculado a la educación por el contrario en orden ascendente todos los años recibimos dinero para estudiar.
Con el efectivo en el bolsillo llegué a mi casa y antes de subir, con la idea de sorprender a mi mamá con algunas verduras y viandas, entré a la venduta estatal que recientemente se instaló en los bajos del edificio, la que antes era operada por la Empresa de Acopio Municipal, obviamente allí los productos debían ser más baratos que los que se ofrecen en el Mercado Agropecuario o los vendedores ambulantes ya que este último funciona sobre la base de la oferta y la demanda. Casualmente mis padres bajaban y nos reunimos allí. Pedí al amable dependiente que me pesara unos tomates y extraordinario resultó observar que en este establecimiento estatal, ahora perteneciente al CAI Arrocero Ruta Invasora, tres tomates costaban $4.40 y un boniato $5.60 y que este último producto se vendía más caro que el que estaba vendiendo con iguales características el carretillero particular que lo hacía frente a la mencionada unidad.
Obviamente comencé a indagar sobre las posibles causas de tal contrasentido y conocí que en este lugar se están vendiendo los productos que el CAI, como es el arroz, básico en la cadena de alimentación cubana, pero a la vez esta entidad también compra viandas y vegetales a las Cooperativas de Créditos y Servicios para venderlas a la población.
Estoy claro que las ganancias del CAI se usan en el cumplimiento de sus planes productivos y van directamente al arroz de la canasta que se vende subsidiada al pueblo , incluso tampoco critico los mecanismos que se puedan generar para acercar la mercancía al consumidor, pero considero que la posición que asume el CAI al comercializar la producción de las cooperativas, en cuanto a encarecer la mercancía, no difiere en modo alguno de la de los intermediarios particulares que tantos comentarios negativos generan en la población.
El campesino produce y cuando vende lo hace a un precio que le permite cubrir sus gastos y obtener un margen de ganancia, ya eso implica un precio alto, porque los insumos agrícolas, fertilizantes, el combustible y todo lo necesario para producir alimentos tienen precios muy elevados, la CCS a la que pertenece el productor cuando vende a un tercero, también le incrementa un por ciento al precio, y el CAI al vender a la población repite el procedimiento , de modo que obviamente luego de pasar por tantas manos tres tomates llegan a costar $4.40.
¿Por qué son necesarios tantos intermediarios? ¿Acaso el productor o la CCS no pueden vender directamente al consumidor, con un control que impida el alza de los precios?
Una cosa es que se subsidien los productos y se vendan por debajo del costo de producción y que por ello el estado tenga que asumir perdidas, lo cual todos estamos claro que no es correcto ni posible y la otra es que se produzca sin eficiencia y el costo de la ineficiencia se cargue a los precios, eso se debe combatir porque lo que no es eficiente no puede ser socialista.
Tampoco es socialista que se generen mecanismos de comercialización y no exista un control estatal sobre ello para proteger al consumidor, porque el centro de este sistema que estamos construyendo siempre ha estado y estará el hombre.
Publicado el mayo 21, 2012 en Catarsis y etiquetado en CAI Arrocero Ruta Invasora, Cooperativas de Créditos y Servicios, Cuba, Empresa de Acopio Municipal, Mercado Agropecuario, Universidad. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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