Hay un nuevo rey en la selva
Desde mi casa, gracias a la magia televisiva, disfruté de un juego de beisbol excepcional, que yo llamaría el llamado de la selva. Aquí el león se quedó sin reinado y cedió el trono a un tigre embravecido, respaldado por un público incondicional, que desde horas muy tempranas, abarrotó el coliseo avileño, donde se efectuó la lucha por la corona.
Los tigres venían hambrientos , pues solo se habían alimentado de leñadores tuneros y alazanes granmenses, obviamente no se habían saciado, sin embargo, los leones al parecer estaban muy maltratados y con menos apetito pues previo al enfrentamiento ya habían consumido elefantes y cocodrilos, pero en el último enfrentamiento habían sufrido muchas heridas, sobre todo en el pitcheo de segunda línea.
Después de que el agua hiciera acto de presencia, para intentar robarse el show, todo quedaba listo, el lunes en horas de la noche, para una pelea letal, los tigres más veloces y con muchas ansias de conquistar un título versus los favoritos leones industrialistas, más presionados, por su historia, y contra la pared, porque de perder ya no serían más los reyes de la selva, listo el escenario para que Eider Ibarra diera la voz de play ball.
En un choque no apto para cardiacos, antes de comenzar Roger y Vargas discutieron las reglas del terreno e intercambiaron como de costumbre las alineaciones. Luego de este momento empezó la pelea. Lo que más impresionó a este cronista fue el apoyo total de los atletas del banco a los que estaban jugando, el cañón de la trocha, Vladimir García, guiando con su experiencia a joven Yander Guevara, el incansable Mayito Vega después de lesionarse en su rodilla izquierda dando instrucciones al inexperto segunda base Rubén Valdés.
Transcurrían los inning y la tensión aumentaba, pero de las gradas nadie se movía era el campeonato del deporte nacional lo que estaba en juego, y este honor era doble pues los avileños tenían en punto de mate el Play off final.
Los que no pudimos estar en Ciego tampoco despegamos un ojo de los televisores, era la final de Serie Nacional de Beisbol, que en Cuba es más que un deporte, es Cultura, es sentido de pertenencia, es Nacionalidad.
Con esta Serie de béisbol finalmente la madre naturaleza corrigió un error que llevaba muchos años en la mente de los hombres, el león no vive en la selva por tanto no puede ser su regidor, su corona es de la sabana, en esta pelea quedó demostrado que el verdadero rey de la selva es el tigre y específicamente el avileño.
Al nuevo monarca le corresponderá en la próxima serie defender su trono, mientras tanto los camagüeyanos debemos soñar y entrenar para que un día los Toros de la Llanura, rompan la cadena alimenticia y de víctimas de Tigres, Leones y Elefantes, se conviertan en victimarios, con la seguridad, de que el pueblo, en el Cándido González los estará acompañando en ese banquete.
Publicado el junio 1, 2012 en Mi columna de opinión y etiquetado en alazanes granmenses, Ciego de Ávila, cocodrilos, elefantes, juego de beisbol excepcional, leñadores tuneros, Mayito Vega, play ball, rey en la selva, Vladimir García, Yander Guevara. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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