Jose Daniel Ferrer y familia entra al cuartel de la SINA

Hace unos días publiqué en este blog, las fotos de tres señores  que se auto titulan opositores, entrando a la residencia del Jefe dela SINA, que es, según  denuncias públicas,  el lugar donde son dirigidos y pagados, esto para mi  constituye otro ejemplo de que en Cuba no existen opositores, sino mercenarios, o sea personas que reciben un salario, de una potencia extranjera, para hacer o provocar la guerra contra su propio pueblo.

Fijar un concepto  de oposición, políticamente hablando siempre será arriesgado por las muchas posibilidades de ser inexactos, pero resulta generalmente aceptado que bajo esta definición se agrupan las personas que mantienen  un programa político,  pacífico y  opuesto  al gobierno de un país determinado.

En todos los países del mundo existe oposición y es bastante frecuente, que los grupos de poder, como no tienen  diferencias  ideológicas esenciales  se alternen y en uno o varios períodos electorales son gobierno y en otros oposición.

Existen tantos modelos como países se  estudien,  pero lo que sí está prohibido en todos es que una persona o un grupo de personas, bajo el principio de fomentar un cambio,  o la guerra interna, reciba dinero del extranjero. Eso en cualquier lugar es un grave delito y conlleva años de cárcel.

Los auto titulados opositores en Cuba no buscan pacíficamente ganarse al pueblo y derrocar al gobierno en nuestras elecciones, sino que su intención es provocar un estado de opinión o un incidente que sirva de pretexto para que los EEUU directamente o a través dela OTAN, intervenga en Cuba.

Este tipo de planes basados en una relación grupos pretexto,  se han puesto de moda en las llamadas revoluciones de colores y especialmente en LIBIA. No se puede olvidar que Libia pasó de ser el país más pobre de  África a ocupar el lugar 57 en el  índice mundial de desarrollo humano, y logró que cada uno de sus ciudadanos mantuviera un nivel de vida muy alto,  propio de países desarrollados, en el que como norma cada ciudadano libio era titular de una casa, un teléfono y tenía cobertura médica asegurada.

En estas condiciones el gobierno de este país prácticamente no tenía oposición hasta que comenzó a hacerle el juego a sus antiguas metrópolis, y para estar a bien con ellas comenzó a privatizar importantes esferas de su economía que  generaron que el desempleo llegara hasta el 15 y el 20 por ciento,  medidas que lógicamente comenzaron a  fomentar una inconformidad. Fue  en estas condiciones donde los mercenarios actuaron abiertamente y con armas y financiamientos recibidos desde el exterior crearon  el pretexto para una resolución dela ONU y la posterior intervención de la OTAN.

Hay un factor que yo catalogo primordial y por tanto no se puede perder de vista, muchos de los llamados opositores, buscan en la disidencia un pasaporte directo a la ciudad de Miami, con el pretexto de las persecuciones, los encarcelamientos de la policía ”política”, los falsos cocodrilos o perros sin dientes como métodos de torturas, para a los dos años volver a Cuba, como turistas,  con dinero mal habido o quizás hasta prestado y especular en la isla mostrando una imagen de prosperidad  que la vida ha demostrado que muchas veces no es cierta.   Si son perseguidos políticos  cabe preguntarse cómo pueden regresar sin que les pase nada.

Ese mismo es el plan que EEUU y los terroristas de Miami tienen para Cuba, pues aunque esté tropicalizado y adaptado a las condiciones de nuestro país, en este proyecto la función real  de los mercenarios internos es tratar de desestabilizar nuestra sociedad y mediante campañas difamatorias crear  un pretexto para propiciar una intervención armada. El error de los planificadores y sus acólitos es que al  elaborarlo no  consideraron que no sea el mismo pueblo, ni la misma historia.