Lo prometido es deuda: Yordan sueña sobre vallas
Lo conocí al regresar de los Juegos Olímpicos de la Juventud realizados en Singapur en el 2010. Por entonces había sido finalista, pero ya se veía con estirpe de campeón. Dos años transcurrieron para que su talento despertara y el nombre de Yordan O’farrill comenzara a sonar incluso más allá del “mundo” de los 110 con vallas.
Quiso la vida que fuera en Barcelona, durante el Campeonato Mundial Juvenil de Atletismo, cuando un astronómico tiempo de 13,18 segundos le aseguró el puesto más alto del podio. Ese registro, record para la competencia, es también la tercera mejor marca mundial de dicha categoría en toda la historia.―¿ Qué sentiste al cruzar las diez vallas y verte en primer lugar?
―Fue una sensación muy grande, algo inexplicable, pues tuve la oportunidad de derrotar a los rivales que me habían ganado en Singapur 2010, y bueno ya después me emocioné mucho al ver los “números”, la medalla en mis manos… fueron momentos especiales.
―¿Por qué si tus tíos fueron peloteros, tú optaste por las vallas?
―A mi padre nunca le gustó que practicara deportes colectivos, me inculcó siempre que los resultados debían depender de mí. Desde pequeño era muy rápido, le ganaba a los muchachos del barrio y cuando fui a la EIDE las disciplinas que estaban disponibles eran generalmente de atletismo. No era un “terreno” desconocido para la familia, pues dos de mis tías practicaron los 400 metros con buenos resultados. Sin embargo, te confieso que al inicio le tuve miedo a las vallas, pues no tenía mucha estatura; después les fui “cogiendo el paso”, aunque no siempre fue fácil. Mis padres siempre hablaron mucho conmigo, porque estuve hasta al dejar la escuela.
―Eres el tercer campeón mundial juvenil de la familia O´farrill, ¿qué significa esto para ti?
―Realmente es un honor continuar la tradición deportiva de mi familia. Tengo dos tíos que, como peloteros, conquistaron este título. Yo haré lo posible para que mi descendencia siga el mismo rumbo.
―Las personas dicen que quieres imitar a Dayron Robles, por correr con espejuelos, ¿qué hay de cierto en eso?
―Toda mi vida he tenido problemas en la vista. Cuando las pruebas para el Servicio Militar Activo, detectaron que padezco una ligera miopía y me explicaron que si no usaba espejuelos, la misma empeoraría. Hasta entonces no había querido ponérmelos, por pena y porque los sentía incómodos. Al final tuve que lidiar con ellos. En definitiva, los médicos son los que saben y con la salud no se juega.
―El éxito que acabas de alcanzar marca un hito en tu carrera, ¿cuáles son las metas ahora?
―En la cumbre de todas está alcanzar una medalla olímpica representando a Cuba, ese es mi gran sueño. No será fácil, pero los grandes objetivos se logran poco a poco, para llegar a ser grande hay que pensar en grande. Yo lo sé bien. No hace tanto, estudiaba en la EIDE y la ESPA―de las que guardo gratos recuerdos―y mi gran aspiración era entrenar con el profesor Santiago Antúnez y los grandes de este deporte en nuestro país. Hoy estoy allí y mis objetivos han crecido. Alcanzarlos depende de mi talento y del trabajo y la constancia que les dedique.
No he cambiado tanto desde que era un muchachito que le gustaba correr, allá por el central Cándido González. El agradecimiento del barrio, de la gente que me vio crecer es el mayor premio y el impulso para seguir cosechando nuevos éxitos.
Publicado el julio 20, 2012 en Mi columna de opinión y etiquetado en Campeonato Mundial de Cadetes en el 2010, Campeonato Mundial Juvenil de Atletismo, Juegos Olímpicos de la Juventud, Yordan O´farrill Cuba. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
Deja un comentario
Comments 0