Un 26 de julio frente al imperio
Guantánamo ha sido noticia en los medios internacionales por las denuncias sobre los crímenes y abusos legales, que el gobierno de los Estados Unidos comete con los prisioneros, en la base militar ocupada ilegalmente en parte de este territorio cubano, también porque es el lugar donde se encuentran dos ejércitos, adversos, frente a frente, e incluso por los temblores de tierra que allí frecuentemente se producen.
Hoy, la noticia puede ser que Guantánamo fue la sede del acto nacional por la conmemoración del aniversario 59 de los Asaltos a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, o lo bien que le quedó la celebración a los guantanameros, tanto en lo cultural, como en lo político.Pero entre lo más destacado, incuso para los que dicen lo contrario, no debe faltar la manera en que Raúl respondió el llamado de un pueblo entero y sin estar previsto en el guión, a su forma, sin tener un discurso previamente preparado, logró trasmitir un mensaje revolucionario, optimista, cargado de valor histórico, alejado del triunfalismo, que en lo interno, tocó carencias y perspectivas de un sistema construido a solo 90 millas del imperio más poderoso en la historia de la humanidad.
Para el exterior el presidente cubano, con mucho respeto, dejó muy clara nuestra voluntad pacifista, cuando dijo que la confrontación con nuestros vecinos del norte, solamente la deseábamos en el deporte, incluso ratificó que la mesa para negociar cualquier diferencia está servida, sin condicionamientos porque la libertad ni se vende, ni se negocia. Ahora esperamos por ellos.
Sin dudas en Guantánamo el pueblo cubano demostró confianza en su dirección, la misma que nos ha llevado hasta aquí, siempre escuchando nuestra voluntad.
Hay algo que está muy claro, si hoy los cubanos somos lo que somos, si hoy los cubanos actualizamos nuestro modelo económico sin paquetazos, ni medidas neoliberales impuestas por otros países, se debe en gran medida a que un grupo de jóvenes, consecuentes con su momento histórico, despertó la conciencia nacional e hizo temblar la tierra en Santiago, aquella mañana de Santa Ana, donde se demostró, una vez más, el indomable carácter de nuestro pueblo.
Desde Jorgito por Cuba, a dos días de su primer aniversario, felicito a todo el pueblo cubano y reafirmo la voluntad de los jóvenes cubanos de seguir el camino iniciado en 1868, que viera la luz en 1959, y hoy crece con pasos de gigantes siendo ejemplo para América y el mundo.
Publicado el julio 26, 2012 en Mi columna de opinión y etiquetado en América, Aniversario 59 de los Asaltos a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, Base Militar, Base Naval Yanqui, Cuba, Estados Unidos, Guantánamo, Jorgito por Cuba, Raúl Castro Ruz. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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