Venezuela decide el futuro de Latinoamérica
A lo mejor si viviera en Venezuela hoy ya no podría escribir estas líneas, pues a pocas horas de las elecciones se prohíbe todo tipo de campaña, pero como blogueo desde Cuba y nada tengo que ver con esas restricciones, subiré al éter mis consideraciones sobre el proceso electoral, de vida o muerte, que mañana se decide.
Lo primero: es que no imagino a mi Cuba en este tipo de contiendas, dos o más hombres o mujeres, sacándose “trapos” respondiéndose barbaridades, realmente eso no entra en mi concepto de elecciones.
Otra consideración muy particular, claro para eso son estos espacios, es que Venezuela no solo se juega su futuro, allí el futuro de nuestra América completa, incluyendo a Cuba. No por gusto los vecinos del norte han invertido tanto dinero en esta oportunidad, aunque me parece que se van a quedar sin recuperar dicha inversión.
Nicolás Maduro es muy superior, en todos los órdenes, al candidato que más competencia le hace, “Caprichito”, como el mismo le ha puesto. Mientras el primero es un hijo del pueblo, el otro nació en Cuna de Oro, y es un hijo de burguesía. Es increíble, lo polarizada que está esa sociedad, y con dos polos bien definidos y contrarios de raíz, el obrero y el burgués que es como decir el norte y el sur.
Otra cosa que he podido apreciar, luego de varias horas/vistas delante de Telesur, es la capacidad que tuvo el Comandante presidente Hugo Chávez de formar cuadros paralelamente a la construcción del socialismo, sobre todo con la vicepresidencia, si nos damos cuenta, hoy de los principales dirigentes de la revolución bolivariana, la gran mayoría ocupó el cargo de vicepresidente ejecutivo.
Ahora llegaron las dudas, anteriormente me referí a la polarización de la sociedad venezolana, de marcada presencia en las elecciones, tomemos como referencia las del 7 de octubre, donde Chávez ganó con aproximadamente 8 millones y Capriles conquistó aproximadamente 7 millones de votos, muy a priori se dice que por el chavizmo votan los pobres, y por la derecha votan las clases altas, yo no creo que en Venezuela hayan 7 millones de ricos, porque la riquezas no están tan repartidas que digamos. Entonces como es posible que existan pobres que se dejen arrastrar con el discurso mentiroso y demagógico de la oligarquía. ¿Son bobos o malagradecidos?
Si yo fuera venezolano y me tocara votar, me preguntara cómo es posible que permitan como candidato, a un golpista, a un alcalde que asedió una embajada, al hijo de la grandísima burguesía, al príncipe de New York.
No pensé escribir tanto, pero realmente el tema me motivó. Como no soy un medio oficial, puedo expresar abiertamente mis deseos de que gane Maduro, por el bien de la Venezuela que rescató Chávez, por el bien de Latinoamérica, de la izquierda mundial, por el bien de ese mundo mejor.
Publicado el abril 14, 2013 en Mi columna de opinión y etiquetado en Cuba, Henrique Capriles, Hugo Chávez, Latinoamérica, New York, Nicolás Maduro, República Bolivariana de Venezuela, Telesur, Venezuela, Venezuela decide. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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