Los necios y la OEA
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino:
yo me muero como viví.
Silvio Rodriguez
El Necio, canción emblemática de Silvio Rodríguez, estremeció las calles de Panamá. Sus estrofas se convirtieron en himno de combate durante las históricas jornadas de la VII Cumbre de las Américas donde Cuba asistió representada por sus mejores necios. No podían ser otros los voceros del pueblo cubano.
En cada foro paralelo, los representantes de la ultraderecha continental intentaron hacer pedazos nuestros iconos. Contaban con el apoyo de los medios de prensa al servicio del capital, que pretendieron desacreditar a los auténticos miembros de la sociedad civil cubana.Las palabras oficialista y gubernamental se convirtieron en los adjetivos más usados para referirse a la delegación cubana presente en Panamá.
Esos mismos medios de prensa, que justificaron la presencia en la Cumbre de personajes de la contrarrevolución como Elizardo Sánchez, acusaron de violentos a los verdaderos representantes cubanos. Para ellos violencia era rehusar al dialogo con asesinos de la talla de Félix Rodríguez, implicado en la muerte de Ernesto Che Guevara en Bolivia.
Detrás de esta estrategia de comunicación estuvo siempre legitimar a un grupo de personas,representantes únicamente del dinero que el Congreso de los Estados Unidos designa para subvertir el orden en Cuba.
La presencia de estos mercenarios en la cita panameña mostró una Organización de Estados Americanos (OEA) que no logró despojarse de su pasado excluyente y aun defiende el neoliberalismo como solución para nuestros pueblos.
Nunca había escuchado un discurso tan neoliberal como el del Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina. Sus palabras convidaban a no perder y a arrepentirnos de querer construir un modelo alternativo al capitalismo. Conocí en la práctica lo que en teoría se llama demagogia.
A pesar de las amenazas y las diversas maniobras al interior de los encuentros, los jóvenes cubanos logramos incluir algunas “necedades” en la declaración final del Foro de la Juventud. Defendimos en Panamá el derecho a la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, el respeto a todos los derechos humanos y la condena al Bloqueo Económico contra Cuba, entre otras posiciones nunca vistas en este tipo de cumbres.
Aunque muchos dijeron que pasó de moda la locura, Cuba se sintió en Panamá y los cubanos, que tuvimos la oportunidad de participar en este hecho histórico, sentimos también la admiración de quienes nos ven como la luz a seguir. Pues muchas de las utopías de los jóvenes del continente, como la salud y la educación gratuita, para los cubanos son ya una realidad.
Si fuéramos a resumir con terminologías militares lo sucedido en la VII Cumbre de las Américas tendríamos que decir: superamos la emboscada, contraatacamos y vencimos. En esta cita la OEA se enterró un poquito más y demostró que no puede con el empuje de todo un continente dispuesto a cambiar.
La operación de la CIA que movió hasta Panamá a sus mejores soldados, fracasó. A Fariñas, Micaela, Rosa María, Cuesta Morúa nadie les creyó su cuento de perseguidos ni la Cuba que quisieron presentar porque no son más que asalariados de los Estados Unidos. Este episodio también demuestra que el señor Barack Obama sigue creyendo en el destino manifiesto.
La diferencia es que los necios queremos jugar a lo perdido, somos más zurdo que diestro, no creemos en el destino, porque caminando logramos lo que tenemos, dejamos a Dios lo divino y nos morimos como vivimos.
Publicado el abril 22, 2015 en Mi columna de opinión y etiquetado en Cuba, OEA Cumbre de las Américas, Panamá Latinoamerica. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
Deja un comentario
Comments 0