Las contradicciones de Obama
Existen frases que no por repetidas y conocidas las personas logran interpretar todo lo que abarcan. Una de ellas es la plasmada por Lester D. Mallory, Subsecretario de Estado de Estados Unidos en un memorando dirigido a Roy R. Rubottom Jr., entonces subsecretario de Estado para los Asuntos Interamericanos, el 6 de abril de 1961.
La mayoría de los cubanos apoya a Castro el único modo previsible de restarle apoyo interno es a través del desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba una línea de acción que, aun siendo lo más mañosa y discreta posible, logre los mayores avances en privar a Cuba de dinero y suministros, para reducirles sus recursos financieros y los salarios reales, provocar el hambre, la desesperación y el derrocamiento del Gobierno. Palabras de Mallory que Eisenhower y los siguientes gobiernos norteamericanos, republicanos y demócratas, han aplicado sin distinción.
Pero la incongruencia de la política norteamericana llegó el 17 de diciembre de 2014, fecha en que ambos gobiernos anunciaron al mundo que Cuba y Estados Unidos, tras 50 años de ruptura, restablecerían sus relaciones diplomáticas y trabajarían hacia la normalización de esas relaciones.
Un año después de estos históricos anuncios se hace difícil entender la política de la administración Obama, el mismo 17D el presidente de Estados Unidos decía que el afán por aislar a Cuba había aislado a la máxima potencia imperial del planeta. En otras ocasiones también ha dicho que la Guerra Fría acabó, e incluso delante del Congreso norteamericano, hoy de mayoría republicana pidió reconsiderar el bloqueo a Cuba. No se puede olvidar que luego de los sucesos del 24 de febrero de 1996, usando como pretexto el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate que violaban la soberanía cubana, se aprobaron las leyes Helms Burton y Torricelli que convertían en ley el genocidio contra Cuba.
Estoy seguro que el Congreso inevitablemente levantará el embargo que ya no tiene cabida. Así expresó Obama en la 70 Asamblea General de ONU, pero el presidente norteamericano, al parecer no conoce bien sus poderes o no quiere cargar solo con la responsabilidad. En el discurso sobre el Estado de la Unión, nuevamente le reiteró al Congreso que la política contra Cuba era una reliquia de la Guerra Fría, pero aun no usa sus poderes ejecutivos para eliminar aspectos sustanciales de lo que eufemísticamente ellos llaman embargo.
Si el presidente quiere de verdad un cambio de época entre Cuba y Estados Unidos por qué no toma medidas para favorecerlo, como eliminar el límite al valor de los productos que pueden ser importados desde Cuba por norteamericanos que la visiten, el presidente también tiene potestad para permitir que Cuba adquiera en terceros países productos que tengan más del 10 % de componente norteamericano. Por qué no autorizar que ciudadanos norteamericanos puedan acceder a la medicina cubana o venderle a Cuba las materias primas necesarias para la producción medicamentos.
Cuántos norteamericanos que padecen de ulceras de pie diabético se pueden estar perdiendo el Heberprot-P, un medicamento logrado por biotecnología cubana que ya se usa en más de 20 países, siendo este padecimiento la principal causa de amputación no traumática en la nación más poderosa del planeta, donde para el 2030 se estiman cerca de 36 millones de diabéticos.
Habría que preguntarle a quienes manejan las estadísticas en Estados Unidos, cuantos pacientes con cáncer de pulmón no pueden acceder a la vacuna terapéutica cubana Cimavax que desacelera el desarrollo de células cancerígenas en el pulmón y mejora la calidad de vida de los pacientes con este padecimiento. Esto demuestra que la política de bloqueo es deshumana no solo con los cubanos, sino también con los propios norteamericanos.
El presidente Obama también podría autorizar el uso del dólar estadounidense en transacciones cubanas y ordenar el cese de la persecución financiera a las empresas que cierran tratos con la Mayor de las Antillas.
Solo existen cuatros cuestiones que son facultad del Congreso autorizarlas. Entre ellas el comercio de subsidiarias norteamericanas con Cuba, la realización de transacciones con propiedades norteamericanas nacionalizadas por el gobierno revolucionario después de 1959 y eliminar el pago en efectivo y por adelantado de las compras agrícolas de Cuba en Estados Unidos. También está prohibido por Ley el viaje de norteamericanos a Cuba con fines turísticos.
Cuántos norteamericanos habrán querido viajar a Cuba en el 2015 para vacacionar, un destino turístico que rompió su récord y llegó a los 3 millones 525 mil visitantes, una cifra desconocida para países tan pequeños como Cuba.
El pasado 26 de enero, los departamentos del Tesoro y Comercio de Estados Unidos anunciaron nuevas medidas respecto a Cuba. Se permite a las instituciones depositarias de Estados Unidos proveer financiamiento, incluidas las cartas de créditos, para las exportaciones o reexportaciones autorizadas, con excepción de las ventas agrícolas, que como ya expliqué, por ley están sujetas a pagos en efectivo por adelantado.
En enero y septiembre del 2015 se había aprobado la exportación de productos norteamericanos a nuestro país, específicamente los materiales de la construcción, equipamiento y herramientas para el uso del sector no estatal, así como el equipamiento y herramientas para la actividad agrícola también no estatal. Además, fue aprobada la reexportación desde un tercer país de artículos estadounidenses para actividades científicas, arqueológicas, culturales, ecológicas, educacionales, deportivas, investigaciones, de preservación histórica y reuniones profesionales.
En materia de exportaciones, las medidas contemplan una política general de aprobación de licencias para algunos productos agrícolas, como insecticidas, pesticidas y herbicidas. También, para equipos necesarios para la seguridad de la aviación civil y la seguridad operacional de vuelos comerciales internacionales, incluido para aviones arrendados a empresas de propiedad estatal. Hasta este momento no se había modificado ningún aspecto sustancial del bloqueo, pero el presidente Obama, si quiere hacer irreversibles sus cambios, tendrá en muy poco tiempo que lograr intereses norteamericanos en Cuba de tal magnitud que le sea imposible a su sucesor echar atrás el camino recorrido.
Un paso para esto es la decisión de otorgar licencias específicas y tras un análisis caso a caso, para las exportaciones y reexportaciones de productos dirigidos a satisfacer las necesidades del pueblo cubano, incluyendo las compras que con ese propósito efectúen empresas estatales, agencias y organizaciones del Gobierno cubano.
Esta es la primera vez que se acepta la participación del Estado cubano en este tipo de negociaciones; algo en lo que se venía insistiendo en diferentes momentos de las conversaciones entre ambas naciones. Respecto a los viajes a Cuba, también hubo modificaciones, como la autorización de los relacionados con las exportaciones o reexportaciones ya autorizadas, incluyendo para la investigación de mercado, mercadeo comercial, negociación de contratos y ventas, entregas acompañadas, y la instalación, arrendamiento u ofrecimiento de servicios en nuestro país.
También serán permitidas las estadías temporales del personal que opera o brinda servicios a las embarcaciones y aeronaves que transportan pasajeros entre los dos países.
Los viajes y otras transacciones vinculadas a la producción profesional mediática o artística, incluyendo la filmación o producción de programas de los medios de comunicación, grabaciones de música y la creación de obras de arte, igualmente fueron aprobados. Producto de esta prohibición varios artistas de renombre mundial han tenido grabar temas o clip con homólogos cubanos en terceros países, este el caso de Bailando y la Gozadera.
Por otro lado, se autorizan los viajes y transacciones relacionadas con la organización de competencias de federaciones deportivas internacionales amateur y semiprofesionales, espectáculos públicos, clínicas, talleres, otras competencias atléticas y no atléticas, así como exhibiciones. Mientras se eliminan los requisitos de que las ganancias de los eventos sean donadas a ciertas organizaciones, así como la obligatoriedad de que algunos eventos sean dirigidos parcialmente por viajeros estadounidenses.
Aunque al parecer este nuevo paquete de medidas de la administración Obama constituye otro paso de avance en las relaciones entre ambos países, no es así, pues contradictoriamente el pasado 20 de enero, en víspera del anuncio de las nuevas regulaciones de los Departamentos de Tesoro y Comercio sobre Cuba, la compañía de diseño norteamericana WATG Holdings Inc., fue penalizada por 140 mil 400 dólares por transgredir el régimen de sanciones unilaterales contra la mayor de las Antillas. Tal parece que Obama anda por un lado y el resto de su gabinete anda por otro o que las contradicciones del Presidente son tan fuertes que lo llevan a apretar y aflojar la llave con mucha facilidad.
Cree alguien que en tales condiciones se puede aspirar a una relación normal, no culpo a Obama es víctima de un sistema tan democrático que no le permite hacer lo que la mayoría de su pueblo le pide.
El interés por Cuba en el mundo crece, las inversiones extranjeras cada día se multiplican, la zona especial de desarrollo Mariel avanza agigantadamente, es una lástima que por seguir una política equivocada y sin resultados los norteamericanos, empresarios o no, que quieran viajar o invertir en Cuba no puedan hacerlo.
A Obama le quedan meses en el Despacho Oval, si sabe aprovecharlos consolidaría su posición en la historia, que ya lo reconoce como el único que ha rectificado y ayudaría a su partido en las elecciones de noviembre pues aunque no sea un tema esencial de campaña, no por gusto todos los candidatos han expresado su posición respecto a Cuba. Al Premio Nobel solo le queda ser consecuente su discurso, dejar atrás sus contradicciones y saber unir la práctica con la teoría.
Publicado el febrero 15, 2016 en Mi columna de opinión y etiquetado en Bloqueo económico, Cuba, Estados Unidos, Obamna. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
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