En todos estos días hemos escuchado cientos de cubanos decir “Yo soy Fidel” o “Comandante, ordene por siempre” entre otras, son expresiones que solo pueden salir de los corazones de un pueblo que sintió en lo más profundo la pérdida de su Líder. El mismo pueblo que lo esperó hasta bajo agua como tantas veces hizo él.

Pero ahora luego de la emoción y con la ideas un poco más clara.Hoy tenemos la misión de seguir su obra, pero no puede ser consigna, hay que llevarlo al actuar diario, en otras palabras cumplir con los que nos pidiera, cuando explicó la doctrina de guerra de todo el pueblo, que cada cubano sea un Comandante en Jefe.

Un hombre que fue acción no se le puede recordar de otra forma que no sea realizando acciones concretas para mantener su legado, su impronta, la obra a la que dedicó la vida.

A muchos nos cuesta trabajo entender el porqué de su petición de no usar su nombre en plazas y grandes monumentos, ahora lo entiendo, no podía ser otra la voluntad de quien hizo suya la frase martiana “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.

Pero, ¿sería esta la mejor manera de recordarlo?, no, a Fidel se le recuerda enfrentando lo mal hecho cada lugar, sin darle espacio al inmovilismo, ya nos tocará bajarlo de las vallas, sacarlo de los libros de textos de historia, hacerlo nuestro. Mis hijos y las siguientes generaciones lo conocerán por la historia, pero yo tuve el orgullo de coincidir en su tiempo y la misión de esos que hemos vivido con él, es no encartonarlo, seguirlo viendo como hasta ahora: humano.

Cómo dice un poema por allí, llegó la hora de que los ojos de Fidel sean tus ojos y mis ojos, de que las manos de Fidel sean nuestras manos, de que sus oídos sean los míos, los de este y los de aquel.

Solo así estaremos siendo consecuente con el compromiso de cumplir el concepto de Revolución, que millones de cubanos firmamos, pero no se trata de firmar por firmar, hay que lograr instaurarlo en el actuar y cumplir el testamento político de quien varias veces se adelantó a su época.

Alguien me preguntaba cómo íbamos a seguir los cubanos ahora, los pobres no entienden que ya Fidel viajó al futuro y no los dejó interpretado para seguir su rumbo. Habrá que convertirlo en algo más que fechas históricas como el 13 de agosto, 26 de julio, 1ro de enero, si caemos en eso, entonces, estaremos perdidos.

El Comandante en Jefe es el diario, es la acción y así lo veré yo, no me resigno a verlo en la cajita de cedro, me resisto a pensar que está muerto, porque yo soy Fidel.