(Re)pasadores
Hace unos días iba de regreso a mi casa y me llamó la atención una gran concentración de motorinas, «bicicletas paseo» y otras igualmente caras al frente de una casa particular, enseguida me picó el bichito de saber porqué en ese lugar se daba tal escena. Cuando me acerqué comprendí que trataba de estudiantes y el sitio era una casa donde se repasaba para las pruebas de ingreso. Como periodista, allí mismo empecé a cuestionarme algunas cosas que vinieron a mi mente.
No tengo nada en contra de los repasadores particulares, pues en mis tiempos de estudiantes no me llevaba muy bien con las matemáticas y tuve más de uno en esa materia.La figura del repasador siempre ha existido y tendrá que seguir existiendo, sobre todo porque el talento de quienes le dedicaron una vida entera al arte de enseñar hay que aprovecharlo, sus conocimientos son válidos y más cuando muchos de ellos se mantienen actualizados metodológicamente e incluso participan en los colectivos de asignaturas y están, como diríamos en español coloquial, en la última. Además de que se convierte en una forma de incrementar un poquito más sus ingresos y así la cuenta les da para algo más.
Los criticables son aquellos que se aprovechan del momento y por estos días cobran el doble, el triple y hasta siete veces lo que normalmente cuesta.
Cuba y su modelo educacional siempre se ha caracterizado por brindar igualdad de oportunidades, algo que no se puede poner en riesgo. A la entrada de la Universidad de Camagüey hay una máxima guevariana que ha servido de brújula al sistema de educación en esta isla, luego de 1959, “La universidad debe pintarse de negro, de mulato, de obrero y de campesino”.
Pero podrá el hijo de un obrero cubano, en la actualidad, que sus padres ganen entre 400 y 500 pesos, pagar noventa pesos o más, puede llegar hasta 150, todos los meses, para repasar las tres asignaturas que se evalúan en las tan llevadas y traídas pruebas de ingreso a la educación superior. ¿Estará en igualdad de condiciones un estudiante que solo reciba los contenidos en el aula, con aquel que tiene un repasador?¿Estará brindando nuestro sistema de educación brindará todas las herramientas para que los alumnos aprueben con calidad estos exámenes?
No se puede permitir que tales causas nos lleven a tener universidades elitistas, de lo contrario estaríamos regresando 60 años, cuando solo tenían acceso a las universidades cubanas los ricos del país. Un mal contra el que luchan también en otras partes del mundo y hoy para los que vivimos en esta isla constituye una conquista.
Por eso es inadmisible, por muy dura que esté la vida y muy bajos los salarios, que existan profesores que por la mañana se paren en un aula a impartir clases a sus alumnos y por la tarde le cobren a esos mismos fuera de la institución escolar, por repasarlos.
Pero se hace doblemente difícil de comprender cuando uno revisa lo que está legislado y descubre que existe algo llamado atención diferenciada en la que se le debe brindar un tratamiento extra clases a quienes no van a la par del resto o presentan dificultades para asimilar un determinado contenido. En otras palabras, esos que por suerte son minoría, están cobrando por lo que deben hacer dentro de las escuelas.
Por una cuestión de ética, amor y respeto por la profesión, estas prácticas habrá que desterrarlas de nuestros centros educacionales. Lucrar con el futuro, la desesperación y el estrés que traen los muchachos y sus familias por estos días, no es digno de un profesional formado en un modelo que privilegia el humanismo como uno de los valores que lo sustentan.
Si queremos continuar formando profesionales revolucionarios de todos los sectores de la población y seguir gozando del orgullo de que cualquiera con conocimiento y voluntad puede llegar a ser universitario, lo mismo el hijo de un médico que el hijo de un obrero azucarero que reside en el batey de un central, habrá que revisar temas tan polémicos como este.
Mejorar el sistema que hoy tenemos de ingreso a la educación superior y velar porque nuestros centros educacionales cumplan con calidad la impartición de todo el contenido, allí está la clave para que nuestras universidades sigan siendo para todos y sigan graduando profesionales que después sean capaces de darlo todo donde se encuentren.
Publicado el mayo 8, 2017 en Educación en Cuba y etiquetado en Cuba, Educación, Educación Superior, estudiantes, pruebas de ingreso, Universidad. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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