A la espera de Trump

Se acerca el viernes y todo el mundo está a la espera, los de allá y los de acá, hace unos días escribí este texto, cuando el controvertido mensaje del presidente Trump el 20 de mayo, en él intento descifrar por donde pudiera venir el magnate. Lo cierto es que la decisión de mañana pudiera dividir más las filas republicanas respecto al tema Cuba, Donald se ha aliado a Marcos, el bebé de la política norteamericana, si un bebé con una edad mental de 60 años al menos, se quedó en la guerra fría y esta nueva asociación pudiera adelantarnos por donde viene Trump, ¿retomará la línea dura, buscará un punto medio, tratará de jugar con la ultraderecha y con Cuba a la vez? Eso se sabrá mañana. 

Todo parecía indicar que el pasado 20 de mayo la Casa Blanca no haría pronunciamientos respecto a Cuba. Una apretada agenda del presidente Trump, incluyendo su gira por los países árabes, y la indecisión respecto a qué hacer con la Isla hicieron a sus voceros anunciar que en el mal llamado “Día de la independencia de Cuba” no se anunciaría nada respecto a la manzana de la discordia.

Sin embargo, el habitante de turno de la mansión presidencial perdió una excelente oportunidad de quedarse callado y se lanzó a conquistar, con un mensajito, a los cubanoamericanos más conservadores.

Esta reacción tiene su causa, el magnate está obligado a hacer alianzas dentro su propio partido para poder gobernar y superar los no pocos obstáculos con los que ya se ha tropezado en 5 meses de mandato, de lo contrario algunos analistas que se tiran a la piscina piensan que pudiera acabar como Nixon, pues ya dentro del capitolio hay quienes pretenden iniciarle un proceso de impeachment.

Por esa situación el ejecutivo quiso congraciarse con los cuatro congresistas cubanoamericanos, incluyendo el excandidato presidencial y Senador por el Estado de Florida Marco Rubio, quienes desde el mismo 8 de noviembre comenzaron su campañita para echar atrás lo avances de Obama y el proceso de normalización de la relaciones con Cuba.

El mensaje estaba dirigido a la comunidad cubana y a sus políticos, aunque no olvidó colocar dentro los destinatarios al pueblo de Cuba. Sus líneas buscaban llenar de esperanzas a quienes le exigen que cumpla sus promesas, así lo demuestran las palabritas claves que a ellos les gusta escuchar, derechos humanos y democracia.
¿Podrá hablar de democracia un presidente que no salió electo con la mayoría de los votos de su pueblo? ¿Podrá hablar de derechos humanos alguien que la xenofobia no lo deja entender que en un país existen minorías y para ellos hay que gobernar también? ¿Quién ganó las elecciones con la promesa de hacer un muro que impediría un derecho humano elemental como es la migración?

Pero dejemos atrás el incoherente mensaje del presidente y analicemos como se mueven los hilos de la política en el país norteño, hace un mes se filtraron a la prensa los ecos de una conversación entre Donald Trump y Diaz-Ballart en la que se rumora que el Representante a la Cámara cambió su voto contra el Obamacare por un cambio de política hacia Cuba, sin importarle que en el distrito que lo elige hay cerca de 55 mil electores que se pudieran verse afectados si el congreso decide finalmente sustituirlo por las llamadas “contrarreformas” que propone el inquilino de la Casa Blanca. Quizá por eso ambos negaron haber tenido esa conversación.

Esos rumores ratifican al representante Diaz-Ballart junto al Senador Marco Rubio como los lo principales impulsores del cambio de política hacia Cuba. No les importa que si desde el Despacho Oval se retoma la línea dura, estarían afectando a sus mismos electores que se les complicaría mucho el poder viajar a Cuba y el envío de remesas, en otros asuntos.

Trump indudablemente está indeciso entre el angelito y el diablito, por un lado debe acordarse de cuando exploró negocios con Cuba y las absurdas leyes del bloqueo se lo impidieron y por el otro los intereses partidistas y las promesas electorales que le realizó a la extrema derecha en Miami, incluyendo la Brigada 2506, ambas cosas lo contradicen.

No le será fácil a @realDonaldTrump, como se identifica en la red social Twitter el presidente, cambiar de golpe y porrazo la política hacia Cuba, esto no quiere decir que el 17D sea un punto de no retorno, pero dentro propio capitolio, más allá de la estatua de Lincoln, se encontrará con legisladores de ambas bancadas que tienen más dedos de frente que él y apuestan por mantener la política trazada en el 2014. Además, no se cómo le explicará a las compañías norteamericanas de aviación o de cruceros o simplemente a los productores de arroz del sur de los Estados Unidos que por un capricho tendrán que perder mucho dinero. Por ahora parece que está venciendo el diablo Trump.

Acerca de jorgitoxcuba

Mi nombre es Jorge Jerez Belisario soy un joven discapacitado camagüeyano con parálisis cerebral. He superado mis limitaciones físico-motoras y trastornos del lenguaje, para vencer con voluntad el entuerto de la naturaleza. Gracias a las posibilidades brindadas por la Revolución Cubana, me gradué con Título de Oro la carrera de Periodismo en la Universidad de Camagüey.

Publicado el junio 15, 2017 en Mi columna de opinión y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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