Contribución territorial y desarrollo local ¿miradas encontradas?

Parte de los gastos de la construcción de la Escuela Primaria Águedo Morales se cubrieron con financiamiento de la contribución territorial.
Foto: Miguel Febles
Mucho se ha hablado desde 2014 hasta la fecha de la Contribución Territorial para el Desarrollo Local, popularmente conocida como el 1%, una bondad financiera que llegó para darles autonomía a las inversiones de los municipios. En palabras del colega Ariel Terrero “es una alternativa para financiar, descentralizar y hacer participativa la conducción de las políticas de desarrollo en los territorios”. Pero, cabría preguntarse si estamos desarrollando verdaderamente los territorios.
Para el 2018 la provincia recaudará por este concepto más de cincuenta millones de pesos. Al cierre de agosto habían ingresado a estas cuentas 36 millones de CUP y solo se habían distribuido poco más de doce millones de pesos. Ha sido un lastre para su utilización el incumplimiento generalizado y prácticamente sostenido de los ingresos cedidos en la provincia. Al ser la contribución territorial un párrafo de los cedidos, si no se cumplen, no se puede utilizar el 1%.
Según Yuri Sandro Hernández Hernández, subdirector de política contable de la dirección provincial de Finanzas y Presidente de la Comisión Económica de la Asamblea Provincial de Camagüey, Los ingresos cedidos son generados en un 70% por las empresas de Comercio de cada uno de los municipios. “De este dinero sale el que va a las cuentas corrientes de los sectores presupuestados y el gasto social, salud, educación, deportes, si hay una estacionalidad superior a los tres meses en los cedidos, para esos gastos corrientes se utiliza la cuenta del 1%”, explicó.
Minas era el único municipio camagüeyano que, al cierre de septiembre, cumplía con los ingresos cedidos, la otra cara de la moneda es Céspedes, que no ha podido utilizar ni un centavo de la cuenta de desarrollo local desde enero. “Entre las posibles causas del incumplimiento masivo, según los análisis que se han realizado, están la inestabilidad con la entrada de los abastecimientos e inadecuadas estructuras de venta”, explicó Hernández Hernández La situación para lo que queda de año no parece mejorar. Por lo que se verá muy limitada la utilización de la contribución territorial en el último trimestre y lo complicado del asunto es que no se acumula, lo que no se ejecuta pasa al presupuesto central del Estado y el municipio pierde ese capital.
Esta contribución grava a empresas, sociedades mercantiles y cooperativas con el 1 % de la totalidad de los ingresos brutos por la venta de bienes y prestación de servicios. Los gobiernos municipales pueden disponer del 50 % de la recaudación obtenida por esa vía en sus territorios, para cubrir sus necesidades de desarrollo.
¿En qué estamos invirtiendo el dinero de la contribución territorial? La respuesta devela una de las esencias de nuestro modelo, proteger el sector presupuestado, o sea a la educación, la salud y el deporte principalmente, hacia allí han ido aproximadamente seis millones de pesos, mientras que al sector empresarial se han destinado solo tres millones. Debiera haber un mejor equilibrio, pues quien te genera ingresos no es el sector presupuestado.
Los especialistas coinciden en que para que exista desarrollo son tres los elementos esenciales: crecimiento económico, satisfacción de necesidades y armonía con el medio ambiente, para concretar el desarrollo tiene que haber inversiones que busquen ampliar las capacidades productivas, cambiar tecnologías e invertir en capital humano.
Hay muy buenos ejemplos de utilización de esa bondad financiera, la minindustria de Empresa Pesquera-Industrial de Santa Cruz del Sur (Episur) es uno, allí se procesan productos de la agricultura y se diversifica las producciones de esa entidad sureña, por sus resultados son de los que más aportan en el municipio al 1 % en el territorio, y qué bueno que el CAM decidió darles parte del monto que necesitaban para adquirir las selladoras de latas y la despulpadora, que evidentemente incrementarán los ingresos y por consiguiente se revierte en más aporte de la industria a la cuenta de desarrollo local.
Otro buen ejemplo es el de los arreglos de viales en Nuevitas, garantizando la infraestructura necesaria para el desarrollo. En Guáimaro resalta la inversión del Mercadito Comunitario Súper Merc No. 2 y en Sibanicú la del Mercado Agropecuario, sobre todo si se sabe que es el comercio quien aporta el 70% de los cedidos. Con ese mismo sentido en el municipio cabecera también se utilizó para reanimar algunas unidades del Lago de los Sueños, La Taberna y la recuperación del Club Ferroviario. Ello después se revertirá en más aporte al desarrollo local. Además, varios territorios apuestan a desarrollar, con este financiamiento, la industria de materiales de la construcción.
Sin embargo no todo es felicidad, es doloroso ver como a cuatros años de iniciada la experiencia del 1% en el territorio, aún se destine parte de ese dinero para cuestiones que, si bien no están prohibidas, contravienen totalmente el espíritu de desarrollo de esta bondad financiera. ¿Qué crecimiento puede generar la compra de muebles para una comisión electoral municipal, pagar gastos corrientes como el servicio de Seprotcam o de Consultoría Jurídica, o utilizar ese dinero para comprar vestuarios a las orquestas municipales? Tampoco tiene como objetivo cubrir gastos corrientes para la compra de cárnicos, viandas o medicamentos. Son cuestiones vitales para un territorio, pero no generan desarrollo.
Ariel Terrero dijo también que ningún otro tributo expresa mejor que este las esencias de un modelo económico que sueña con ser participativo y lo arduo de su proceso de transformación. Entonces, se trata de ponerle una mirada más objetiva, de educar a los CAM y a las asambleas municipales en temas de desarrollo local y de que dirijan las personas que verdaderamente tengan las competencias.
Porque nos dirigimos a un modelo que busca potenciar los municipios y reconocerles autonomía en cuanto a su gestión, con la finalidad de buscar una atención más rápida y eficiente a los problemas y reclamos de la localidad. Utilizar más y mejor el 1% se convierte una necesidad imperante para cada demarcación, en la solución a los problemas reales y en busca de ese verdadero desarrollo sostenible del que tanto se habla y pocas veces se concreta.
Publicado el noviembre 12, 2018 en Mi columna de opinión y etiquetado en Camagüey, desarrollo local, economía cubana. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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