A pocas horas de regresar a Cubita la bella puedo decir que cumplimos la misión en la Cumbre de las Américas, demostramos la dignidad de Cuba, muchos estaban asombrados de lo valiente que somos los cubanos, nos paramos, planteamos nuestras posiciones, negociamos y juntos a pesar de nuestras diferencias redactamos las líneas para una América mejor. Un grupo de jóvenes en representación de toda la juventud cubana protagonizó jornadas históricas porque no faltaron los mercenarios que quisieron cambiar los acontecimientos.

Cuando uno tiene de cerca a los mercenarios, se da cuenta del por qué Cuba no puede caer en las manos de esos vende patrias y esa tarea es nuestra, es de los jóvenes. El deber con la patria me trajo a estas tierras panameñas donde un día Bolívar denunció las intenciones de Estados Unidos con América Latina y hoy en esta cumbre demuestra que su objetivo es el mismo, pero no podrán porque aunque no fuimos al Moncada, no vinimos en el Granma y no subimos la sierra pero no nos dejaremos comprar por cuatro kilos.

Me quedé asombrado cuando en uno de los intercambios el Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina dijo que la misión del BM era eliminar la pobreza y el hambre. Cabría preguntarle cómo con recetas neoliberales esto es posible pero la democracia de los dueños de la Cumbre impidió hacerles preguntas.

Varela en la clausura de la Cumbre dijo tener un Chif en su cuerpo que detectaba las desigualdades, realmente debe tenerlo tupido o necesita remplazo.

En fin han sido jornadas históricas para Cuba y hoy puedo agradecer a la OEA haber estado aquí para defender mi patria cuando lo necesitaba.