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Almugre, esa cosa tan fea
“Pregunto yo en mi canción / al que grita y patalea / Caballero de la OEA / Que pasó con la reunión. / Como no me voy a reír de la OEA / si es una cosa tan fea / tan fea que causa risa…”
Pareciera un chiste sino fuera algo tan serio. Pareciera estar viviendo la década de los 60` sino estuviéramos seguros de que es el siglo XXI. Otra vez se armó el circo, la cita fue donde mismo en la esquina de: 17th Street y Constitution Ave., N.W., Washington, también asistieron los de siempre, solo que esta vez el promotor, tras anunciar su presencia tuvo un imprevisto y dejó encargado a su asesor Christopher Hernández. Su quórum fue similar a otras veces, encabezado por Rosita Payá y dos o tres más.
Según el documento circulado por la Secretaría General, ellos consideran que tienen competencias para convocar una conferencia para examinar la nueva Constitución cubana y lo justifican invocando la Carta Democrática Interamericana del organismo, instrumento jurídico aprobado en 2001 y que busca fortalecer la “democracia” en el continente, aunque poco hizo y ha hecho la OEA ante el Golpe de Estado a Chávez en el 2002, a Zelaya en 2009, la intentona golpista a Correa en 2010, y más recientemente la persecución política y judicial a los líderes de izquierda en la región. Lee el resto de esta entrada
Entre los dictadores comunistas y los libertadores de Wall Street
Mientras buena parte del Congreso disfrutaba el show de Donald Trump en el habitual Discurso del Estado de la Unión, ya se preparaban los programas de análisis o mejor dicho de burla que increíblemente tuvieron más niveles de audiencia que la propia intervención oficial. El de ABC fue uno de los más seguidos pues la réplica en esa cadena la hizo Stormy Daniels, actriz para adultos cuyo nombre real es Stephanie Clifford, de quien se rumora que tuvo una relación extramarital con el presidente.
En el segundo discurso de este tipo más largo de la historia, el multimillonario se mostró ultrapatriótico, repitiendo las promesas de campaña como prioridades urgentes de su gobierno, con el ya tradicional ultranacionalismo exacerbado, al punto de solicitar al congreso 1.5 billones de dólares para construir puentes, autopistas y líneas de ferrocarril hechas «con manos estadounidenses» y «con valores estadounidenses». También pidió más fondos para las fuerzas armadas y para renovar el arsenal nuclear, es como si hubiéramos regresado a la Guerra Fría.
Respecto al ISIS y al terrorismo dijo: “seguimos teniendo todo el poder necesario para detener terroristas en cualquier lugar que los capturemos, allí donde los encontremos. Y en muchos casos para ellos, será a partir de ahora la bahía de Guantánamo”, poco le importó a Trump que esa es una porción de territorio cubano ilegalmente ocupada por Estados Unidos.
También repitió su amenaza una vez más: “pido al Congreso que adopte una legislación que garantice que la ayuda exterior sirva siempre a los intereses de América y vaya solo a los amigos de América no a los enemigos de América”. Es la contradicción, también exacerbada, entre los buenos y los malos.
No podía dejar de mencionar a Cuba y a Venezuela, y sí, lo hizo, tenía que quedar bien con sus amigos estratégicos Marco Rubio y Bob Menéndez, “Mi Gobierno también ha impuesto duras sanciones a las dictaduras comunistas y socialistas de Cuba y Venezuela”, afirmó y solicitó al Congreso de Estados Unidos mayores medidas unilaterales contra estos países latinoamericanos.
Osó Trump en llamar dictaduras a dos procesos que se le oponen, se le olvidó que él no es el presidente que la mayoría de los norteamericanos quiso, ganó gracias al endemoniado sistema electoral que rige en los Estados Unidos. Mientras que en Venezuela, por ejemplo, el propio Jimmy Carter, expresidente de la nación norteña, dijo “Tomando en cuenta las 92 elecciones que hemos monitoreado, yo diría que el proceso electoral en Venezuela es el mejor en el mundo”. Un proceso que ha enfrentado más de 20 elecciones en 20 años, con solo tres derrotas para los chavistas, si eso es una dictadura al parecer la mayoría de los venezolanos quieren vivirla.
Por su parte en Cuba, si tenemos una dictadura, no lo niego: es la dictadura del proletariado. Lo que no comprende Trump es la esencia de un proceso como el cubano, demasiado democrático para ser entendido por alguien que sacó 3 millones de votos menos que su contrincante y, sin embargo, hoy es presidente.
Los cubanos no tenemos una cédula electoral, que constituya una mercancía codiciada por sargentos políticos. Tampoco existen pasquines que llenen las calles de propaganda, los candidatos no han hecho campaña política para que se vote por uno de ellos y mucho menos tienen millones para invertirlos en anuncios televisivos, solo cuentan con la moral y los méritos. Las urnas son custodiadas por pioneros y apareces en el registro electoral al cumplir 16 años.
Donald Trump debía informarse de los niveles de abstencionismo que hay en su país y compararlos con los de Cuba, así podrá entender porque los cubanos nos sabemos dueños del proyecto de país que construimos. Si esto es una dictadura Mister hay millones de cubanos, masoquistas al parecer, que prefieren vivir la dictadura del proletariado antes que la libertad de Wall Street.
Venezuela decide el futuro de Latinoamérica
A lo mejor si viviera en Venezuela hoy ya no podría escribir estas líneas, pues a pocas horas de las elecciones se prohíbe todo tipo de campaña, pero como blogueo desde Cuba y nada tengo que ver con esas restricciones, subiré al éter mis consideraciones sobre el proceso electoral, de vida o muerte, que mañana se decide. Lee el resto de esta entrada
¿Podrá la CELAC arreglar el mundo?
Esta vez los vecinos del norte no pudieron impedir las ideas propuestas por el Libertador Simón Bolívar en los congresos de Angostura y Panamá, pues la integración lograda con la CELAC hace un año en Venezuela, es, hoy, más sólida que nunca.
Quiso la historia que Cuba asumiera la presidencia pro témpore del joven organismo el mismo día que nuestro Martí cumplió 160 años de vida, por que aquel 19 de mayo no murió, pasó a la inmortalidad. Lee el resto de esta entrada
Alerta: la derecha se perfecciona
Tras realizar un análisis del Golpe de Estado legislativo, contra el Presidente paraguayo Fernando Lugo, desde Jorgito por Cuba denuncio tal maniobra oligarca e insto a que se respete la democracia. Aunque tenga un marco legal, esta maniobra política, burdamente llamada “Juicio Político” no puede ser llamada de otra forma que como el propio Lugo la llamó “Golpe Express.”
Desde que las fuerzas de Pinochet bombardearan el Palacio de la Moneda, asesinando al presidente Allende, hasta la actualidad, los métodos golpistas se han perfeccionado y la ingerencia yanki se encubre cada vez más, me atrevería a asegurar que en pocos días conoceremos algún vínculo de la administración Obama con los cabecillas de este golpe que derrocó a Fernando Lugo.
Recuerdo en el 2002 cuando el golpe militar en Venezuela, que sacó a Chávez del poder por varias horas, que aeronave militar del Imperio llegó a aterrizar en la base donde se encontraba recluido el Comandante Chávez. Avanzando en el tiempo, todavía reciente, en Honduras los golpistas que derrocaron a Zelaya fueron reconocidos por quienes se hacen llamar paladines de la democracia.
En Ecuador, el más reciente de este tipo de actuar, se conoció que Lucio Gutierrez recibió ordenes e instrucciones de cómo manejar la situación, ¿de adonde?, buena pregunta, de los puestos de mandos, que han sido comunes en estos eventos, las embajadas norteamericanas de cada uno de los países que no son más que sucursales de la CIA.
Aquí, en el caso paraguayo, no hay aparentemente un brazo armado, pero cabria preguntarse, quien armó a los campesinos que iban a ser desalojados, como llegaron allí, por qué en este lugar, todas estas preguntas dan vueltas en mi cabeza, a pesar de ser simplemente un joven estudiante de periodismo y no un analista político
No se imaginen que las huelgas en Argentina, que las manifestaciones indígenas en Bolivia, que el fortalecimiento de la oposición en Ecuador y Venezuela son fenómenos aislados, todo está forzadamente concatenado por un agente que busca reconquistar el terreno perdido.
Acciones como estas demuestran la necesidad de la unidad en el continente, factor del que hablaran, mucho antes de estos fenómenos, Bolívar y Martí. Extrapolando a Martí a esta circunstancia diría La izquierda de Latinoamérica debe ponerse en fila para que no pase la oligarquía junto el gigante de las sietes leguas.