A lo Lennon: «I want you to make love, not war»

«Love
I want you to make love, not war
I know you’ve heard it before»

¿Se acuerdan de Evangelina Cossío y Cisneros, la protagonista de la historia que Wiliam Randolph Hearst reinventó y convirtió en un hecho para desacreditar a España y así conmover a la opinión pública norteamericana para intervenir en Cuba en 1898? Cualquier coincidencia con lo que ocurre un siglo después no es casualidad. Pareciera que estamos viviendo en los tiempos en que el propio Randolph Hearst enviara a su ilustrador en La Habana la mítica frase: “usted ponga las fotos, que yo pondré la guerra”, ante la ausencia de enfrentamientos que reportaban los que estaban en Cuba.

Cómo sorprenderse entonces con la fabricación de un incidente en pleno siglo XXI, en tiempos de redes sociales y teorías probadas para implosionar sistemas, cómo catalogar de original un guion mil veces repetido, cómo pecar de ingenuos al mirar las protestas que desencadenaron los hechos del pasado 11 de julio en varias ciudades del país cuando son calco y copia del manual de Gene Sharp para provocar revoluciones no violentas (lo de no violentas solo en el nombre).

La ingenuidad por estos días sale cara. Se trata de la construcción del ansiado estallido social. En su concepción parte de condiciones objetivas que se llevan a la virtualidad a modo de catalizador y luego se desatan en la realidad hechos como los vividos hace una semana. Nada nuevo, hagamos memoria: Ucrania, Egipto, Libia, Siria, Nicaragua, Bolivia y Venezuela son solo algunos ejemplos, y si a ello le sumamos que la mayoría de los cubanos llegamos tarde a la Internet, el fenómeno se vuelve más complejo

Un detalle transversaliza los intentos desestabilizadores y constituye el objetivo final de la campaña comunicacional: inocular el odio y fracturar la unidad, cualquier unidad, da igual dentro del propio pueblo o entre pueblo-Estado, pueblo-Partido, pueblo-Gobierno, y hasta pueblo-ejército; bien deberíamos saber los cubanos, por la historia, que es demasiado elocuente, a qué conlleva desunirnos y quiénes se han aprovechado de cada momento.

Internet es y seguirá siendo un terreno de operaciones militares. No lo digo yo, lo declaró el propio gobierno norteamericano cuando creó el Comando Especial de Ciberguerras, y no olvidemos que hay una fuerza de tarea o taskforce para incidir en Cuba desde las plataformas digitales. Recordemos también los fracasados Zunzuneo y Piramideo, cuyo objetivo era contribuir al estallido social en el país.

Si usted nunca ha entrado a Twitter pero tiene un celular inteligente le invito a intentar mandar cinco SMS en un segundo; se dará cuenta de que es humanamente imposible aunque los envíe vacíos. Bueno, pues ese fue el promedio de tuits que lanzaron las cuentas líderes de las etiquetas #SOSCuba, #SOSMatanzas e #IntervenciónHumanitaria, lo que deja en evidencia que eran robots programados para este fin quienes construyeron una matriz de opinión que solo era un Maine en toda esta historia.

Estamos ante una nueva fase de una vieja estrategia. La contrarrevolución no dio la talla, ellos mismos lo reconocieron en un cable de la entonces SINA publicado por Wikilead. Ahora recurren a la violencia, como mismo hicieron en Venezuela y Nicaragua. Violencia incitada por quienes empujan y están a 90 millas o más, por quienes minutos antes de publicar un mensaje en sus redes alarmados por la situación en Cuba e incitando a una intervención habían posteado que estaban refrescando en la playa o tomando cervezas; esos son los que se preocupan y nos empujan a odiarnos entre nosotros, cuanta maldad.

La inseguridad y la incertidumbre que algunos sienten por estos días es solo un avance de lo que pudiera pasar si logran el estallido social y nos arrebatan la tranquilidad ciudadana. Qué quedaría para nosotros, ciudades como cualquiera de América Latina, en las que salir de casa después de las seis de la tarde significa exponerte a un balazo.

Ahora mismo no dejo de pensar en un muchacho que conocí en Alemania, la locomotora europea, exacta-mente en Dresden, antigua RDA, con un tumor cerebral y a quien, antes de la caída del Muro, el Estado le garantizaba todo y se hizo ingeniero. Luego le llegó el sálvese quien pueda que le impide adquirir con regularidad los medicamentos, y hoy el tumor ha crecido tanto que pierde capacidades motoras por día.

Esta es la triste realidad que no cuentan las vitrinas del capitalismo que quieren vendernos como bueno y moderno. A la Cuba pobre y tercer-mundista le tocaría sostener las comodidades de los que viven en las grandes ciudades norteamericanas y se miden por la cantidad de yates y restaurantes que tienen. A la Cuba nuestra no le queda otro camino que el que eligió hace 60 años y repartió lo poco y lo mucho entre todos, que es el mismo que ratificó hace apenas dos. No nos dejemos engañar, no nos dejemos desunir, que los odiadores sean otros. Nosotros, a diferencia de Hearst, pongamos, en las fotos y en la vida, la paz. A lo Lennon: Hagamos el amor y no la guerra.

Medidas económicas en Cuba: Si ladran es porque cabalgamos

Tomada de internet.

Puede que a algunos les cueste entender las medidas económicas anunciadas por el presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez y su equipo de gobierno, el pasado 16 de julio, pues ciertamente crean diferencias a lo interno de la sociedad, pero lo que sí es curioso es que la creación de las tiendas en Monedas Libremente Convertibles desate preocupación en aquellos que se dicen defensores del pueblo cubano y defienden el bloqueo. No vayamos muy lejos estas medidas son una alternativa en una economía que, agredida por los efectos de la persecución financiera, ha tenido que asumir, además, la costosa batalla contra el coronavirus.     

El enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba ha generado un incremento en el gasto presupuestario de unos mil millones de pesos, destinados fundamentalmente a Salud Pública, los centros de aislamiento, la alimentación, el transporte y las garantías salariales. Como consecuencia del impacto previsible de la pandemia, los estimados de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) pronostican, este año, una reducción del PIB de -3,7 %.

Todo ello en una economía, que, por si fuera poco, dejó de recibir los ingresos generados por uno de sus renglones principales: el turismo. Además, no desapareció, y tampoco disminuyó, el asedio brutal por parte de los Estados Unidos; la persecución y la extorsión financiera se incrementaron como para probarnos de verdad.

A pesar de tales condiciones y de que muchos auguraban un final infeliz, este país supera al SARS-CoV-2 por días, con notas por encima de muchos del llamado primer mundo desarrollado, donde un tratamiento puede llegar a costar 34 927 pesos. No, no lo invento, esa fue la factura que recibió una ciudadana norteamericana tras haber sido hospitalizada por el virus.

Contrasta con lo vivido aquí por cada uno de los 11 millones que habitamos el Archipiélago, donde tanto las pruebas diagnóstico como el tratamiento intrahospitalario y el aislamiento de los sospechosos corrió por cuenta del presupuesto del Estado, y aunque nos sea gratis, cuesta.

Solo en mi ciudad el gasto para enfrentar el coronavirus asciende a más de 15 millones 600 000 pesos. El número se dice fácil, pero todo se complica al entender que no se ha recibido ni un peso adicional a los 1 485 millones que la provincia tenía presupuestados para el año 2020. Y aunque la ministra de Finanzas y Precios Meisi Bolaños Weiss adelantó que ese dinero se repondrá, lo cierto es que se ha tenido que hacer de tripas corazón para mantener la vitalidad del territorio.

 Aun en esas condiciones se le garantizó el salario, el primer mes al 100 % y el resto al 60 %, a más de 15 800 trabajadores de sectores como Transporte, Cultura, Deporte, Comercio y Gastronomía, Educación, las industrias manufactureras y de otras actividades económicas, lo que representa un gasto total de más de 15 millones de pesos, de estos, ocho millones pertenecen al sector presupuestado. Diferencias notorias con la realidad de muchos en el mundo que perdieron su empleo sin recibir nada a cambio.

Pero los datos del enfrentamiento directo a la epidemia asombran mucho más, los sectores de Salud y Educación resultan los que más dinero han erogado. El de Salud es comprensible, pero Educación ha asumido con su presupuesto el gasto de los centros de aislamiento abiertos en sus instituciones. Solo en la preparación de estos la provincia invirtió más de 310 000 pesos.

El traslado de las más de 6 000 personas que han estado aisladas, representaba un gasto superior a los 375 000 pesos. Ello se traduce también en un total 88 000 litros de combustible consumidos, pues por lo general los lugares estaban distantes. En la alimentación para esos sitios y hospitales se empleó otro millón 200 000 pesos.

Para adquirir los reactivos y las pruebas diagnóstico utilizadas en la provincia se requirieron montos por encima de 113 000 pesos; en los medicamentos suministrados gratuitamente a las más de 1 400 personas que recibieron tratamientos, ya fuesen positivos o sospechosos se destinaron 330 000, y en el material gastable para la protección de nuestro personal de salud otros 620 000 pesos.

Por otra parte, son incontables las pérdidas que ha tenido el sector empresarial en la provincia, y que, a pesar de eso, también ha aportado lo suyo. No solo las grandes industrias, aquellas cuya misión ha sido garantizar alimentos para el pueblo han sobrecumplido todos sus planes, por muy difícil que sea de percibir. Ahora les toca a los que cosechan garantizar buena parte de lo que consumiremos, pues se avizora una compleja situación en la economía mundial, de la que no escaparemos y no se puede gastar más de lo que se ingresa, una máxima aprehendida en los últimos tiempos y que ahora vivimos con mucha fuerza.

No se trata de cifras frías, son números que demuestran que aquí, en Cuba, por encima de la economía estamos los cubanos, no importa cuánto cueste salvar vidas. A diferencia de otras naciones, aquí fue y seguirá siendo esencial la intervención eficiente del Estado. Tal como dijo Díaz-Canel, no se trata ahora de improvisar, sino de introducir en los esquemas económicos y las políticas de desarrollo los nuevos actores y prácticas que se han aprobado.

Es obvio, quienes vaticinaban el caos en Cuba no contaron con un sistema de atención primaria como el nuestro, ni con las pesquisas y mucho menos con el interferón, tampoco tuvieron en cuenta que aquí, por contagiosa que sea la enfermedad sí se toca al paciente y se lucha lo mismo por la vida de un anciano que por la de un recién nacido. Es lo que duele del lado de allá del estrecho de la Florida, pero como el Quijote a Sancho, si ladran es porque cabalgamos.

La estrategia equivocada contra la familia cubana

Cuba despidió este 9 de marzo el último vuelo chárter al interior del país, ahora las aerolíneas norteamericanas solamente podrán viajar a la Habana, luego de que el 10 de enero el Departamento de Estado anunciara un plazo de 60 días para suspender las rutas a nueve aeropuertos cubanos.

A partir de este 10 de marzo, “casualmente” —lo pongo entre comillas porque no creo en ese tipo de casualidades y precisamente hoy hace 68 años del golpe de estado de Fulgencio Batista que acentuó la necesidad de una revolución profunda en la Isla— , quedará como único destino el Aeropuerto José Martí de La Habana para los que quieran viajar desde los Estados Unidos a Cuba, y por si fuera poco anunciaron nuevas restricciones en el número de viajes. Lee el resto de esta entrada

A un año del sueño de los Toros

Era la tarde del viernes 25 de enero, por esas casualidades de la vida hace un año exactamente hoy, en aquella oficina, a pesar de que habían cuatro personas más, solo hablaban dos, dos amantes del béisbol, dos guajiros, uno de Mamantuabo y el otro de Palmira. Tapia y Borroto soñaban como echar a andar la pasión por esas casde muchos camagüeyanos, su equipo de pelota, porque pese a los malos resultados, la gente nunca perdió la esperanza. Luego de cuatro horas de conversación, de sueños y de realidades, era un hecho el regreso de El Jerarca.

Como viejo lobo, Borroto fue a buscar la ciencia, no podía ser en otro lugar que en la Facultad de Cultura Física de la Universidad de Camagüey. José Ignacio, Luciano y otro grupo de doctores comenzaban a concretar lo que hasta ese momento eran ideas. Luego de varias semanas de preparación las paredes del bar Panorama, en el Hotel Puerto Príncipe, fueron testigos de como se realizó la integración de Los Toros, decisiones valientes, mover posiciones y atletas ya establecidos por años a la larga no faltaron.

Era el comienzo de la historia de estos nuevos Toros, los muchachos que acercaron al Coloso del Casino a gente que no tenía idea de lo que era un juego de pelota. Gente que veía a cientos gritando al mismo tiempo, y no tenía ni la menor idea de lo que se vivía allí, que no tenia la menor idea de quien era cada cual, ni que significaba cada letra de la pizarra mecánica del Cándido, pero decía Camagüey Campeón.

Y es que este equipo lo hemos visto llegar allí, crecer. No nos apuramos, esperamos; no trajimos a nadie de otra provincia, formamos talento; no alardeamos, fuimos juego a juego, hasta que los sin nombres, los que nunca habían clasificado para la postemporada, los, según algunos, decepcionantes, se metieron en la discusión del título de Cuba. No llegaron allí de casualidad, fue el resultado de ser el equipo más estable de la contienda. Porque ganaron los juegos que tenían que ganar, porque fueron barridos y se levantaron, porque cuando alguno bajaba en su rendimiento, el otro asumía el rol de líder.

Aprendí que los peloteros no son máquinas. Son seres humanos que practican un deporte, que sufren cada error o ponche. A nadie le dolió más la derrota que a ellos, los vi gozar y sufrir, vivir un jonrón que decide un juego, o una injusticia arbitral y también los vi llorar por tener un hijo enfermo en casa sin poder estar allí, por hacernos soñar a miles.

Por increíble que parezca, hicieron a una pila sentirse orgullosos de ser toros, Y es que a partir de esta serie ser un toro significa entrega, pasión, valentía y disciplina. Hicieron que los niños camagüeyanos dejaran el televisor, el tablet, el celular, la computadora y salieran a la calle a jugar pelota, que quisieran ser Segura o Ayala por encima de Cristiano o de Messi.

Cuando se piensa en sus edades, por ejemplo Segura es dos años menor que yo, es que se comprende con exactitud la magnitud de lo que han logrado. Ustedes son muchachos, con cosas de jóvenes que se han empeñado en llegar lejos y contra hombres inspirados nada puede, ni la brujería. Ya ellos eran campeones antes de comenzar el juego del sábado pasado, porque ya se habían ganado el más grande de los trofeos: el cariño de este pueblo.

Por eso cuando algunos colegas, apelando a la objetividad que debe caracterizar al periodista, me recomendaban no mostrarme tan fanático los Toros en las redes, llegué a la conclusión de que era imposible. Seguiré siendo un periodista objetivo en cualquier otro asunto menos con los Toros, porque yo, igual que muchos camagüeyanos, soy orgullosamente un toro más.

Leslie Anderson: «Vine a terminar donde todo comenzó»

Sigue siendo el mismo hombre sencillo que iba saludando a todo el que se encontraba en el camino, hace más de una década, cuando día por día realizaba su trayecto desde su casa en el reparto El Jardín hasta su otra casa, el estadio Cándido González.

Leslie Anderson (Lele), como dice Orishas, regresa a la cuna que lo vio nacer, al barrio que lo vio correr, porque sabe lo que fue, y será, en buena parte por esta isla bella.

“Soy cubano, lo fui donde quiera que estuve y siempre lo seré”, así de contundente inició este diálogo con Lele. “En los diez años que estuve fuera, seguí las actuaciones de Camagüey, porque nunca dejó de ser mi equipo”.

Tras ocho años alejados de sus seres querido, que él mismo reconoció como los más duros de su vida, porque legalmente no podía entrar a Cuba, comenzó a soñar con volver a pisar el terreno del Cándido.

“Hace un año perdí a mi papá, y él me pidió que si algún día dejaban regresar a los peloteros a jugar lo hiciera y terminara mi carrera deportiva aquí, hoy estoy aquí cumpliendo esa promesa. Miguel Borroto, que fue además mi primer director en Series Nacionales y a quien considero un padre, habló conmigo y se me dio esta oportunidad que no desaproveché”.

Como buen hijo agradecido nunca abandonó a sus compañeros e, incluso, desde la distancia los apoyaba, porque a pesar de los contratos millonarios, primero con Tampa y luego con los Gigantes de Yomiuri, algo le faltaba, traía “oxidado” el corazón, le hacía falta cuerda, necesitaba transfusión, sangre de su tierra.

“Siempre seguí el béisbol cubano, y soy fanático de Camagüey, el año que clasificó lo disfruté como si hubiera estado en el equipo.

“La afición ha estado atenta a mis trámites, lo sé, hay una expectativa con el equipo este año a la que se suma mi regreso. A los camagüeyanos, que me sigan abriendo sus corazones, como tiempo atrás, pues ese apoyo es de las cosas que más se extraña y ahora el saber que voy a vivir eso de nuevo es un incentivo”.

Consciente de lo mucho que puede ayudar a sus compañeros de equipo, desde el primer día, con la misma humildad que le hizo ganarse el cariño desde este pueblo, en el clubhouse o en el terreno, Anderson no escatima tiempo para dar un consejo técnico e incluso hasta psicológico: allí lo rodean Leonelito, Darce, Segura, muchachos que no jugaron con él pero sí saben que es tremendo pelotero.

“Hay mucho talento en el equipo, estoy maravillado con tantos jóvenes de calidad. Pienso ayudarlos en todo, enseñarles cómo hacer mejor las cosas, ya sea a la defensa o a la ofensiva, no es que yo sea un gran pelotero pero tengo un poco más de experiencia. Es lo que me toca, voy a jugar ahora con los hijos de muchos peloteros que coincidieron conmigo y admiré mucho, esa oportunidad de regresar a ayudar a ese talento que tenemos es única y la voy a aprovechar. Si cada uno de nosotros hace lo que le toca podemos avanzar y soñar con ese resultado que espera la afición”.

Una pregunta no podía faltar, después de tener experiencia en otras ligas, qué cree que le falta a la nuestra, respondió como quien nunca se ha distanciado de los problemas de la pelota en Cuba.

“Se está trabajando por elevar el nivel técnico de nuestra pelota, las contrataciones en el extranjero, fundamentalmente en Japón pueden ayudar mucho. Lamentablemente no se pudo concretar el acuerdo con la MLB, que hubiera ayudado mucho, pero eso tendrá que llegar en algún momento. Donde quiera que se pueda jugar y contratar a los muchachos hay que hacerlo, es la vía de desarrollo que se utiliza en el mundo. Eso se traduce en que los muchachos van a ver otra forma de jugar y regresarán con mayor nivel, no tengo dudas de que volveremos a estar en el lugar que un día tuvimos.

“Es importante actualizarse con lo que está haciendo el mundo, Borroto lo está haciendo aquí, traer los métodos de entrenamientos que se están utilizando a otros niveles pudiera ayudarnos mucho, porque lo más importante es la consistencia en los resultados.

“Al béisbol hace falta ponerle más ciencia, a mi me ayudó mucho, por ejemplo, verme en los videos e identificar lo que técnicamente estaba haciendo mal, cuando se mejora la técnica todo lo demás sale, aprendes a hacer ajustes tú mismo, de lo contrario no puedes batear lanzamientos que oscilan entre 96 y 100 millas generalmente, esos detalles parecen menores pero no lo son.

“Sin embargo, lo que aprendí en Cuba me sirvió de base para enfrentarme a otros niveles, las preparaciones de los equipo nacionales, los Clásicos, fueron la base de lo que logré fuera del país. Eso se lo debo a las personas que trabajaron conmigo aquí, desde mis padres, los entrenadores y los profesores del Fajardo”.

Y como dice Orisha: “Los viejos de la esquina siempre dicen, no importa lo que tengas, si al bajarte, en la estación, uno regresa siempre a sus raíces”.

“Lele”, poco antes de su primer entrenamiento, mientras caminaba hacia la jaula de bateo, luego de que le dieran una chamarreta del equipo de sus sueños para entrenar, dijo algo que este periodista no dudó en apuntar en su agenda, “esta es mi tierra”.

“Son muchos sentimientos, y aunque algunos piensen que no es nada para lo que viví en el extranjero, no es lo mismo. En este momento siento presión, aunque parezca que no. Volver al Cándido, a jugar con mi equipo, me tiene bien nervioso. Es algo que he pensado desde hace un tiempo para acá, cómo será mi primer turno al bate. Un buen hijo siempre regresa a su casa y yo trataré de dar la respuesta que esperan de mí. Tengo que prepararme bien para mostrar un buen béisbol a la altura de esas expectativas que hay con mi regreso”, sabe que falta poco para que la afición le vuelva a pedir “Lele decide tú”.

“En este momento me siento bien, esperaré qué dice el cuerpo de dirección, sobre dónde y cómo jugaré. Estoy aquí y no me lo creo, y siento de nuevo la presión de hacerlo bien”.

El 54 de los equipos Camagüey nos revela que no viene con el objetivo de regresar al equipo Cuba. “Si se da, bueno pues ya veremos, eso fue lo más grande que hice en ese momento. Pero mi propósito hoy es ayudar a mi provincia.

“Creo que con todo lo que aprendí en este tiempo puedo aportar algo al equipo. He estado en dos play off pero no he podido ser campeón nacional y ese sigue siendo mi sueño”.

Leslie nuca perdió su cubanía, tuvo presente siempre de donde venía, pues como Orishas, su tesoro siempre estuvo en las raíces que corren por debajo de su piel. Quizás por eso, como hace diez años, no dudó en pedirle a la afición que replete el ruedo de los Toros. “Quiero que me abran nuevamente sus corazones, voy dar todo lo que tengo y lo que sé porque este nunca dejó de ser mi equipo.

“Yo no haré otra cosa que jugar con Camagüey, la provincia que me dio la oportunidad de ser Leslie Anderson, de llegar al equipo Cuba. Mi compromiso es con el pueblo y mi director; es lo máximo volver a jugar con Marino, con el Viyo y con Ayala, quienes fueron parte de aquel proyecto y ahora están de vuelta. Ya mi carrera está llegando a su final y vine a terminarla… donde todo comenzó”.

Rebeldes por ADN

Dice la RAE que rebeldía viene del latín rebelis, que es la cualidad de ser rebelde o la acción propia del rebelde. Desde la psicología, es un tipo de comportamiento humano, es la resistencia o el desafío a la autoridad. Sin embargo, para este pueblo rebeldía viene de Hatuey, Guamá y otros tantos que se rebelaron contra aquellos que se hicieron dueños y señores de esta tierra.

Viene de Pepe Antonio y los criollos, que no creyeron en las cañoneras inglesas y machete en mano dejaron claro que ese era el camino. De Aponte y los adelantados que soñaron, a penas iniciando la decimonovena centuria, una Cuba sin cadenas.

Pensamos, también, en ese padre de todos nosotros, que aún cuando algunos creían imposible la guerra, él la hizo posible y fue el primero en gritar libertad o muerte. En el joven Ignacio que siempre tuvo claro que nuestra redención dependía de arrebatarla por la fuerza de las armas y en el más bronceado de nuestros titanes, ese que mandó a guardar un documento indigno y lo único que pactó bajo los mangos de Baraguá fue el reinicio de la contienda.

Razón tenía Martí, otro de esos majaderos de nuestra historia, “vale más un rebelde que un manso”. Sí, porque nuestra rebeldía también ha llevado marca joven, Mella, Villena, Guiteras, Trejo, son de esos que sin importar edad asumieron que la rebeldía era no estar de acuerdo con las condiciones de la Cuba que les tocó vivir. Y cuando parecía que toda esa lucha pasada había sido en vano, surgió, entonces, el más eterno de nuestros rebeldes y supo contagiar a cientos, tanto que a ellos le debemos todos los 26 del séptimo mes del año, desde 1953 hasta hoy.

Ellos, que después fueron ejercito de pueblo obrero y campesino, coronaron insurrectas las alturas, cinco años fueron suficientes para ofrecernos como estandarte de victoria la obra más rebelde que haya conocido este lado del mundo. Entonces cómo pedirle a este pueblo que no siga apostando por esa rebeldía.

Somos rebeldes, con causa y por obligación, así lo hemos sido siempre, escogimos ser socialista, y peor aún comunistas, en tiempos en los que era mejor ser el mismísimo diablo que mentar a Carlos Marx, y por si no bastaran las cuotas de rebeldía, enfrentamos a un imperio todo, solo con la moral de un puñado de mujeres y hombres dignos.

Aún, por cabeciduros que somos, pretendemos construir una sociedad mejor, con bloqueos, intentos por impedirlo y hasta casi solos defendiendo estas banderas, pero somos así, tan irreverentes que no renunciamos a defender premisas que en otras latitudes son sueños todavía. Y es que esta rebeldía nuestra, muy cubana y que practicamos a diario, no viene del latín rebellis, es cuestión de ADN y se llama Revolución.

No es cuestión de cifras

Foto: Leandro Pérez/Adelante

Foto: Leandro Pérez/Adelante

En materia de informatizar una sociedad no basta con aumentar los accesos de la gente y las instituciones a la red global o nacional. Requiere tecnología y voluntad gubernamental, tenemos una más que la otra, porque tampoco se pueden ocultar las limitaciones tecnológicas propias de un país subdesarrollado.

Sin embargo, este proceso demanda que los encargados de materializar lo que está en la política no se embriaguen con que sí tenemos tantas zonas Wifi o radiobases de tercera generación. Se trata de buscar en cada uno de los organismos y empresas soluciones informáticas a los procesos que se llevan en la entidad. No se concibe una provincia líder en la informatización en el país con alguna de sus grandes empresas todavía llevando la contabilidad a papel y lápiz; mucho más si se cuenta con personal capacitado, ingenieros o técnicos de nivel medio en las ciencias informáticas, en ocasiones hasta subutilizado o haciendo funciones de secretaría.

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