Todos los días las multinacionales de la información se hacen eco de presuntas limitantes a la libertad de expresión que presuntamente sufrimos los cubanos. Hoy  por primera vez les doy la razón, es cierto, soy un joven de la isla que sobre las tres de la tarde me he visto impedido de expresar lo que siento.  Espero que esta denuncia sea replicada por todos los que se dicen defensores de este derecho que tenemos los seres humanos de expresar libremente lo que pensamos y exista una condena enérgica a las  responsables.

No es secreto para nadie los problemas de conectividad que tenemos los cubanos que hacen muy difícil el acceso a Internet, pero  esta tarde con mucha paciencia logré conectarme con el Nuevo Herald  de Miami, mi objetivo era opinar sobre el tema que allí estaba abierto a debate vinculado con el   proceso que en los Estados Unidos se siguió a los cinco cubanos que  fueron detenidos, juzgados y sancionados a injustas y desproporcionadas condenas por el único delito de proteger a su pueblo de la muerte.  Sin embargo, ya conectado, dentro de la página del periódico, con mucha paciencia  logré consignar mi comentario, pero el mismo no era aceptado por los moderadores,  pasados muchos intentos y muchas horas,  logré pasar la barrera pero   al ser un criterio distinto  a  los  reaccionarios que se publicaban, casi inmediatamente fue borrado. Esto no es la primera vez que me pasa.

Yo no pretendía atacar al gobierno americano, ni organizar una oposición interna en los EE.UU, ni  repartir fondos a grupos políticos allí radicados, solamente intentaba explicar lo doloroso que debió haber sido para René González , renunciar a la ciudadanía norteamericana, algo que no hizo a pesar de largos años de encierro, y que en mi opinión solo ha hecho porque es una condición que se le impone para poder regresar a Cuba junto a su familia especialmente al lado de su mamá que sufrió recientemente una tremenda pérdida con la muerte de su hermano el abogado Roberto González, además por el peligro real en que se encuentra, si alguien tiene dudas de las probabilidades de que René pueda sufrir un atentado, los invito a leer la denuncia pública que en ese sentido hizo el periodista   Edmundo García, sobre una persona que llamó a su programa radial para amenazar al héroe. Todo ese infeliz evento está grabado.

Yo solamente quería explicar al Nuevo Herald que René estaba en los EE.UU no solo para proteger al pueblo cubano donde creció y se educó, sino al propio pueblo donde nació, pues las informaciones que el gobierno cubano trasmitió al FBI y que sirvieron de pistas   a  este organismo para detener a los Cinco,  también estaban referidas a  atentados que los terroristas del sur de la Florida planeaban ejecutar en el territorio norteamericano y que obviamente podían provocar víctimas en ese lugar,  lo que demuestra que el héroe cubano ama por igual al pueblo de los dos países.

Mi experiencia con el Nuevo Herald confirma que la tan cacareada libertad de expresión en Miami, no  existe, pues allí como en cualquier sociedad capitalista los  que deciden lo que se publica son los dueños, de modo que  mañana, pasado y todos los días repetiré mi intento de hacer efectivo el derecho que tengo a expresarme libremente, allí donde mi voz puede ayudar a abrir las rejas de cuatro prisiones y también acercar a un hombre muy especial a su familia.

Mientras tanto, mi monitor está abierto a los cables de EFE, ANSA.  En espera de que amplifiquen esta denuncia.

Hago un llamado a las personas de buena voluntad del mundo, a enfrentar esta nueva escalada mediática organizada por Nuevo Herald, Miami Herald y otros más, para cambiar esta matriz de opinión que se pretende construir en  contra Cinco seres humanos que solo evitaron la muerte de personas inocentes.