El adiós a un amigo
El día que conocí al triple campeón olímpico Teófilo Stevenson Lawrence, me trató como si me conociera de toda la vida, recuerdo que andaba junto a Félix Savón, en aquel momento me impresionó la cultura que tenía, algo no común en los practicantes de este deporte.
En otra ocasión, aquí en mi Camagüey legendario, él estaba frente a la casa del también campeón del mundo Adolfo Horta, pasé por allí junto a mi familia y lo saludé pensando que no me reconocería, sin embargo me llamó por mi nombre. Este hecho una vez más, me demostró la sencillez de este cubano de pura cepa.
Un cubano que nunca traicionó al país que lo formó, a pesar de ser uno de los boxeadores más grandes de la historia, era sin dudas un revolucionario de corazón. Teófilo te llegó la hora de abandonar el reino de los vivos para con tu luz penetrar el reino de la inmortalidad y desde allí alumbrar el camino de las nuevas generaciones.
Gloria eterna para Teófilo Stevenson, un campeón de todos los tiempos.
Publicado el junio 12, 2012 en Mi columna de opinión y etiquetado en Adolfo Horta, Camagüey, Félix Savón, Teófilo Stevenson Lawrence. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
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